domingo, 20 de junio de 2010

Nuestro origen, nuestro motor

"Un sueño soñado en los cinco continentes”

Sigue el eco, la imagen reflejada de lo posible y olvidado: la posibilidad y necesidad de hablar y escuchar.
No el eco que se apaga paulatinamente o la fuerza que decrece después de su punto más alto.
Sí el eco que rompa y continúe.
El eco de lo propio pequeño, lo local y particular, reverberando en el eco de lo propio grande, lo intercontinental y galáctico.
El eco que reconozca la existencia del otro y no se encime o intente enmudecer al otro.
El eco que tome su lugar y hable su propia voz y hable la voz del otro.
El eco que reproduzca el propio sonido y se abra al sonido del otro.
El eco de esta voz rebelde transformándose y renovándose en otras voces.
Un eco que se convierta en muchas voces, en una red de voces que,
frente a la sordera del Poder,
opte por hablarse ella misma sabiéndose una y muchas,
conociéndose igual en su aspiración a escuchar y hacerse escuchar,
reconociéndose diferente en las tonalidades y niveles de las voces que las forman.
Una red de voces que resisten a la guerra que el Poder les hace.
Una red de voces que no sólo hablen, también que luchen y resistan por la humanidad y contra el neoliberalismo.
Una red de voces que nace resistiendo reproduciendo su resistencia en otras voces todavía mudas o solitarias.

Sub Comandante Marcos In: Crónicas intergalácticas. Chiapas: Planeta Tierra, 1998, p. 270.

Por y para todas esas voces compañeras/os, ojala podamos construir un dialogo diferente en educación a través de la tan esperada nueva ley de medios.

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